lunes, 9 de abril de 2007

Semana Santa de solidaridad deportiva


El deporte tiene un cometido muy marcado en nuestra sociedad: actuar de desengrasante, como juego en el que los mayores se olvidan lo que son para convertirse en niños. Al igual que los romanos disfrutaban en el circo, hoy en día los estadios y las canchas se ha convertido en ese lugar en el que muchos se dan cita para evadirse de sus quehaceres cotidianos, aunque de manera mucho menos violenta de la que lo hacían en el antiguo imperio de césares con los gladiadores.
Pero además de esta función, aprovechar el tirón de determinados deportes en favor de causas nobles es otro de los grandes servicios que los clubes de deporte pueden hacer al conjunto de la ciudadanía. Hace pocos días, el pabellón Javier Lozano Cid de Toledo acogió un partido amistoso entre el equipo de balonmano local, el Lábaro Toledo, y uno de los mejores conjuntos a nivel mundial, el Balonmano Ciudad Real. El motivo, solidario: recaudar fondos para ADEMTO (Asociación de Esclerosis Múltiple de Toledo).
Muchos aficionados disfrutaron de los Rutenka, Sterbik, David Davis o Carlos Prieto, y de la presencia de uno de los mejores de todos los tiempos, el que hoy es entrenador-jugador de los ciudarrealeños Talant Dujshebaev.
Al final, como suele pasar en este tipo de enfrentamientos, el resultado fue lo de menos. Los visitantes impusieron su superioridad manifiesta y ganaron por una renta muy amplia. A pesar de que suene a tópico, la única que perdió fue esa extraña enfermedad de la que tan poco sabemos y tanto nos afecta llamada esclerosis múltiple.

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